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9 de agosto de 2007

Anécdotas fruteras

Llevo ya un mes trabajando en un supermercado. Es un trabajo muy triste, te levantas a las 6 de la mañana para ir a descargar el camión con lo necesario para el día y llegas a casa a las 10 de la noche. Mi principal cometido es llevar cargas de un lado a otro, además de cualquier cosa que haga falta.

Cómo por ejemplo en la fruta. La sección de la fruta es algo muy divertido. Casi toda la clientela son señoras mayores que se aburren muchísimo. ¿Cómo lo sé? Por la excusas que se buscan.

Durante los primeros días venía una señora que antes de pesarle la fruta ya estaba metiendo la mano en la bolsa sacando su contenido y metiéndoselo por la nariz. Luego además quería que se las descambiase...

Hay otras que se piensan que soy adivino. Creo que esto es por que se nota que soy informático (Leer el post de anécdotas informáticas) o porque tengo cara de adivino. Vienen las señoras y dicen: "Hola, dame tomates" Yo les pregunto que cómo los quieren, si de ensalada, cherrys o para freir. La señora se mosquea y elije unos. ¿No podía haberlo dicho antes? Entonces ya sé cuales son los que quiere, pero como no sé cuantos pues le pregunto. Entonces se mosquean más. ¿No se dan cuenta de que si no dice qué tomates quiere ni cuántos es muy complicado antenderlas?

Hay otras señoras que sólo dicen "de esto" y "de aquello" y para colmo no señalan. Pues también es difícil saber lo que están pidiendo. "Dame de eso" - dice la señora - , ¿De qué? - contesto yo -. "!Pues de esto!, ¿es que no te enteras?". Pues cómo no den más pistas...

Luego también está la típica vieja que espera a que pases su número para decir "!Eh, que yo estaba antes!"

Pero las peores son las que van de listas. Por la mañana la frutería está vacía, por lo que hay que rellenar los fruteros, lo que no entra en el frutero se deja abajo en una caja para que los fruteros estén más tiempo montados y bonitos y vender los de las cajas. Pues esta mañana aparece una señora asegurando que no, que esos son los que están para tirarlos y que intentamos colarselos a las personas mayores que no ven bien. Tras un rato de intentar que entre en razón y comparando todas las piezas de fruta, no lo consigo.

Conclusión:

Las señoras se aburren mucho porque si no es por eso, no consigo entender porqué van todos los días a empezar la misma discusión de siempre y a salir diciendo que no van a volver.